martes, 11 de abril de 2017

Dictadura psicopática

En el fondo creo que se trata de un asunto de clínica. Los que encabezan la dictadura y quienes la soportan muestran una profunda psicopatía. De ahí su imposibilidad para reconocer lo desbordado y grave de la situación que han creado, la insistencia en continuar esta antipolítica de la disolución y el caos y la absoluta falta de empatía con el sufrimiento y desesperación de la gente. Podemos ver en ellos lo monstruosamente inhumanos en que nos podemos convertir los humanos.

Por esto no es posible el diálogo y ningún tipo de negociación. Eso puede hacerse hasta con los peores enemigos pero no con quienes han perdido toda relación más o menos estable con lo real. Lo que debemos hacer es insistir en la resistencia, sobre todo la que escape de sus esquemas sádicos, para terminar de derrumbar los sentidos que han logrado articular dentro de su psicosis y que gracias al poder -brutalmente fáctico como lo hemos padecido- logran imponernos.

Debemos desmontar el esquema con el que han logrado sobrevivir e imponernos su locura.

Difícil labor que requiere desde la comprensión de pensar esta situación, la astucia de articular estrategias efectivas y la voluntad y fuerza para llevarlas a cabo. Es arduo pero sé que contamos con la gente para pensarlo, planificarlo y llevarlo a cabo. De modo que es una posibilidad nuestra. El diálogo debe ser con los otros y con la realidad. Ahí encontraremos el hilo para meternos en el corazón de las tinieblas, acabar con el monstruo y salir para comenzar curarnos a nosotros mismos.

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