miércoles, 7 de mayo de 2014

Sequías

Esta mezcla perversa de malvados e imbéciles que nos gobiernan tienen quince años señalando en todas partes los desequilibrios ambientales producidos por el capitalismo, el calentamiento global, la destrucción del planeta y un largo etcétera. Chávez, en esa típica habladera suya sin tener nada en la bola, escribía como quinto punto del plan de la patria "Contribuir con la preservación de la vida en el planeta y la salvación de la especie humana".

No les pongamos un objetivo tan alto. Solo preguntémonos: si saben tanto de los efectos terribles del capitalismo en el planeta, de los desequilibrios climáticos, de las sequías, lluvias y otras calamidades que producen el imperio y sus secuaces ¿no podían realizar un plan de previsión y llevar a cabo una serie de políticas públicas que permitan minimizar los efectos de una sequía prolongada –o, por el contrario, de unas lluvias feroces por ejemplo- que en su preclara y militante conciencia ya han descubierto, denunciado y acusado? Karl Popper, más modesto que el intergaláctico, señalaba que no se puede ni prever ni controlar un terremoto pero sí hacer cosas para que su impacto sea lo menos dañino para la población. Que lo digan los japoneses y los chilenos.

Yo no conozco nada técnico del problema hidrológico, pero me imagino algo así como ampliar reservas de agua, dragar las represas, construir nuevas, hacer más eficiente la red de distribución, crear tanques de agua muy grandes, reciclar aguas servidas para uso industrial, agrícola y quién sabe cuántas cosas más. No se trata de planes heroicos o batallas épicas sino asunto de planificadores e ingenieros y claro, de tener voluntad política, de considerar a la gente, de gobernar pensando en ella.

Pero por supuesto nada de eso vale la pena hacerlo. A un pueblo humillado, arruinado, sin perspectivas históricas, acosado por la peor violencia en el planeta y ahora aplastado de manera brutal por las formas de represión y opresión que sí aplican con feroz diligencia, ha sido puesto por estos canallas en el trance de solamente aspirar a sobrevivir aterrorizado. El “plan de abastecimiento” de hidrocapital es otra forma no solamente de hacer evidente la incompetencia imbécil sino de transformarla en productividad malvada por medio del control político y social donde han mostrado una eficiencia aterradora.

Se trata de salvar al planeta y a la especie pero sin dejar de machacar, con el mazo más duro (¿verdad Diosdado?) a los venezolanos. La lucha sigue, contra nosotros, contra ti.