domingo, 15 de febrero de 2009

Tres momentos de la izquierda derechizada

Prefiero al jefe de un ejército de ocupación extranjero en la presidencia de la República que a Hugo Chávez

Angela Zago



Que Chávez ha enloquecido este país se muestra en como a algunos la brújula política se les ha extraviado. No se trata ya de la crítica directa hacia el gobierno sino de actitudes y opiniones que si no muestran rasgos de la derecha dura –démosle el beneficio de la duda- al menos evidencian un grave garete político, que impide separar el grano de los motivos de una izquierda decente de la paja de la derecha de uña en rabo

Lo menos que deseo aquí es defender al gobierno y a su timonel. Bastante hay que criticarles y hay que hacerlo ferozmente, aunque mis críticas apunten a otro lado que es radicalmente distinto del que se trasiega en los medios de la oposición. Quiero más bien llamar la atención sobre ese extraño e infantil giro de “si es lo que dice Chávez, entonces la cosa va por el otro lado” de mucha de la izquierda bienpensante. Me permito poner dos ejemplos concretos y una, llamémosla así, alegoría. Los dos primeros ilustran lo que quiero decir y el tercero honra lo que creo es una actitud opositora, pero clara en su perfil de avanzada. Los dos tienen como protagonistas no a opositores histérico de esos que sin el menor disimulo sueltan cualquier insulto racista contra Chávez o sus seguidores, como sucede en esa fétida cloaca que es Noticiero Digital en la que minuto a minuto se destila lo peor de la miasma del pensamiento de la oposición, de esa gente-bien,-clase-media-como-uno. Al contrario, los personajes que uso para ilustrar mi idea pasan por ser faros de los sectores más progre de la política venezolana. Tampoco pretendo hacer un sesudo análisis de su estructura ideológica-política, sino mostrar tres pinceladas de un tipo de conducta que a ratos me disgusta y la mayoría de las veces me parece vergonzante.

El primero es Teodoro Petkoff en su editorial de Tal Cual del jueves 12 de febrero Chávez y la Sinagoga. Después de reconocer tímidamente que ese hecho vil y despreciable no fue realizado por agentes del gobierno, sino más bien por malandros del entorno de seguridad del templo, acusa sin embargo, de autor intelectual o inspirador a Chávez por sus ataques antisemitas. A ese gran bocazas que es Chávez más de una vez se le ha escapado lugares propios del antisemitismo. Mal que bien ha tratado después de enmendarlos (en esa tónica ocurrió el encuentro con el Congreso Judío Mundial) y la cosa se ha suavizado, no porque yo lo diga, sino porque los agraviados han aceptado, mal que bien, las disculpas. Puede que haya algo de lo que dice Teodoro, pero me pregunto -sin que se asome por ello en ninguna parte la más leve sospecha de justificación- si la barbarie hecha por el estado sionista de Israel en Gaza no puede ser un propulsor (como lo llaman los psicólogos) más poderoso de esa acción delincuencial. Lo que ha dicho Chávez es grave, pero lo que ha hecho y continúa haciendo el estado de Israel contra el pueblo palestino es más terrible y sin embargo, sobre eso Petkoff parece no hacer la más leve asociación. Elegir esa sola respuesta, sin considerar la segunda habla más del que las pondera que del peso específico de cada una, nos muestra elocuentemente la posición de Teodoro.

En el mismo Tal Cual pero del lunes 09 de febrero, en sus Distopías titulado Red Bull con Anís, Ibsen Martínez cae, sin prurito alguno, en el fácil expediente de describir a los chavistas, ahora pesuvecos, como “feligreses a sueldo y de empleados públicos nariceados” que pasan los mítines a punta de un brebaje infernal de Red Bull con anís, solo tragable por los susodichos, no por la gente-bien,-clase-media-como-uno. No me es difícil recordar a una Colomina, a las 5:30 de la mañana en el canal diez, vociferando las lindezas de que los chavistas eran hordas de delincuentes borrachos ¡Martínez, lo mismo que dice la derecha más desaforada! ¡Por dios un poco de respeto por un grupo político de al menos unos cinco millones de personas! ¿no es meter en un solo saco denigrante e insultante a ese inmenso gentío? Eso de la generalización es una de las puertas de entrada al fascismo: ¿recuerdas lo de que todos los colombianos son ladrones en los años 80? ¿o el tema del programita de la licenciada Beatriz de Majo acerca de la flojera y manganzonería propia del venezolano? ¿No es acaso uno de los trabajos de los intelectuales distinguir un poco, hilar fino? De nuevo el discurso antichavista se convierte en el pretexto de un pensamiento de derecha sin embozo, y eso que quien lo escribe afirma ahí mismo que “no solo soy un demócrata, sino que tengo la sangre razonablemente liviana” ¿has leído Ibsen aquello de Sartre de que nuestras almas bellas son racistas?

El tercero, pero ahora afirmativo, supondría traicionar la cálida privacidad de una reunión por demás grata en casa de un amigo, por ello será solo una vaga evocación. Se discutía ahí, en el 2006, entre buenos amigos que además son, a mi parecer, de lo más alto de las humanidades en este país, sobre las elecciones de México. Casi todos estaban fundamentalmente contra López-Obrador porque era algo así como el Chávez de México. “Calderón es más serio, no es el demagogo populista de López-Obrador” se decía palabras más o menos. Un historiador, antichavista como ninguno, y hombre de izquierda con sensatez política ripostó diciendo que había que tener cuidado con el PAN, que esa gente es lo más reaccionario de México, que son la herencia de los Cristeros. Lo mismo que sucedía –recordaba- con el PP de España, eso no era ninguna derecha así no más, sino era la quintaesencia del franquismo. En dos platos, que por ser antichavista no se debía caer en la tentación de coquetear con las posiciones de la extrema derecha.

Ahí pude ver un compañero de rumbo que sin amainar la virulencia de sus ataques al proceso, mantuvo sin embargo definido su perfil, sin olvidar quién es quién, lo que es imprescindible para saber quién es uno mismo. Se trata de estar más centrado pero en la izquierda, por supuesto.

domingo, 18 de enero de 2009

Gaza: La muerte del Mundo

Erik del Bufalo buen amigo, ha escrito este texto de una lucidez estremecedora que apoyándose en el horror de Gaza quiere, más que mostrar, poner(nos)en evidencia para contemplar no a dónde nos están llevando sino, más bien, a dónde nos estamos dejando llevar.


Parece una paradoja, pero los argumentos oficiales de Israel para aniquilar a los habitantes de Gaza justifican de retruque la existencia del Gueto de Varsovia. Alguien en la Knéset debería darse cuenta de esta verdad auto evidente ¿Los nazis, acaso, no se defendían "preventivamente" del peligro que "representaba" la resistencia judía? ¿Puedo yo caerle a patadas a un parapléjico postrado en su silla de ruedas, so pretexto de que éste "haría lo mismo" si no fuese parapléjico? Estas son las aberraciones lógicas y éticas que la propaganda sionista nos obliga a pensar. Ya sólo por estas "explicaciones", la situación palestina es insoportable e indigna para cualquier tipo de inteligencia. Cada vez que el Estado de Israel "explica" sus "razones" el mundo entero es insultado en lo que le queda de su facultad de pensar.

Pero como si esto fuera poco, en medio de esta inacción mundial ante lo obvio, aparece por todas partes el murmullo de una extraña pregunta: "¿Cómo puede ser tan inicua la víctima perpetua?" El cálculo del mal es imposible, pero el sionismo hace tiempo que lo resolvió con un ingenioso silogismo: "Nosotros fuimos la víctimas del mal absoluto (el Holocausto), por más daño que infrinjamos a un pueblo inocente nunca será tan horrible como lo que sufrimos nosotros; luego, tenemos el legítimo derecho de arrasar con los palestinos (la Nakba)." Según estas cuentas, dignas de un personaje shakespeariano como Shylock, el mundo entero no puede reclamarle la "módica" cuenta de la Nakba a Israel ya que le adeuda la cuenta infinita del Holocausto.

De allí la culpa impagable. O, más bien, una doble culpa que no se puede expiar y que impide tomar una decisión justa. La triste moral del liberalismo romántico de nuestros tiempos es que todo se hace para que nada digno pueda crearse. Tampoco una carreta se mueve si es tirada por dos caballos que miran en sentido contrario: "me siento culpable por los judíos como me siento culpable por los palestinos, por ello no puedo hacer nada, sino un llamado a las partes en conflicto", concluye el atribulado espíritu "comprometido" de la supuesta comunidad internacional. No se entiende otra explicación, pues, como observa Jean Bricmont en un excelente artículo, no existe ninguna razón táctica ni estratégica de este orden mundial capitalista que deba ceder por fines geopolíticos o económicos al atroz castigo de Israel a la población civil de Gaza.[1] De hecho, al capitalismo mundial le conviene más venderle hamburguesas a los niños palestinos que dejar al sionismo hacer de ellos carne molida.

Entonces, ¿qué chocante secreto encubre esta inacción del mundo ante el dolor de Gaza? ¿Por qué todas las cadenas trasnacionales de la información nos muestran este horror con tanto entusiasmo? ¿Qué se nos está queriendo vender? Para no darle la razón a todos aquellos paranoicos que defiende la autenticidad de los Protocolos de los Sabios de Sión, los gobernantes de Israel nos obligan a tratar de explicar por ellos lo inexplicable.

Postrados, vemos el bombardeo inclemente del mayor campo de exterminio del planeta. Mientras debemos escuchar al cinismo, ya fuera de sus goznes, perorar incansable sobre el "derecho a la autodefensa" y la "lucha contra el terrorismo". Estos argumentos son irrefutables. Son los dogmas de fe de un tiempo cuya única certeza es la estupidez. Nada tan imbécilmente argumentado tiene una respuesta lógica. Por ello no perderemos el tiempo con el "debatismo", tan inútil como maldito, de las maneras "políticamente correctas" de esta época oscura. La masacre de Gaza, la matanza de niños y mujeres, el castigo inclemente a las escuelas, hospitales y hasta los centros de refugiados amparados por la cómplice ONU, sobrepasa cualquier ámbito moral del discurso. Israel ha caído fuera de toda esfera moral y hablar de lo que este Estado – supuesto obsequio de la humanidad al pueblo judío– realiza impunemente implica también el uso de un entendimiento que sobrepase todo chantaje moralista.

Se nos quiere vender el horror. Así se compra luego a buen precio la pasividad del orbe. Es un juego especulativo más fraudulento que los negocios de Madoff. Asistimos al negocio sucio entre dos clases de infames. Por un lado la matanza en Gaza y por otro el desfile de muertos vivientes, zombis inanes, esperpentos cretinos, autómatas movidos por una mano invisible en que se han convertido los lideres políticos y la gran prensa del mundo "desarrollado". El estado actual del discurso mediático y político supone un nivel de embrutecimiento y languidez que presagian a corto plazo el advenimiento del más horrible de los despotismos que haya hasta ahora conocido la humanidad: El reino de la impotencia total.

Lo que demuestra Gaza, después de Iraq, es esencialmente que las democracias capitalistas han llegado a la apoteosis de su proyecto secular: asimilar la libertad humana a la impotencia liberal. Mientras sólo cinco o seis malparidos disfrutan de un poder de decisión que ni faraón ni rey persa ni soberano absolutista alguno se imaginó capaz de tener para sí.

Erst Jünger decía que al hombre había que dejarle siempre una salida. El marasmo asesino se ha consolidado en un orden mundial absolutamente asfixiante y sin salidas. Todo se ha vuelto mentira, inacción, retórica maldiciente y burocracia. La política ha muerto en occidente y sólo queda la administración de los restos de una civilización que ha perdido todo sentido vital de justicia. La crueldad llegó a su nivel máximo de abstracción y la mortificación humana ha encontrado en este siglo que comienza zonas seguras, bien administradas, de aniquilamiento. En Gaza, la destrucción de los cuerpos; en el resto del mundo, la pérdida del alma: Una y otra muerte son complementarias, una se hace en favor de la otra. Por ello, a diferencia de los nazis, las barbaridades que cometen hoy los sionistas no son secretas, pero se difunden por todos los medios posibles. Los nazis mataban en cámaras oscuras, casi clandestinas, esperando que su imagen de hombre superior no fuera manchada por la ignominia. Los sionistas matan a propósito ante las cámaras de televisión, para que todos veamos y nos sintamos inferiores. ¡Hasta se ufanan de ello y proponen en público lanzar bombas atómicas!

Estamos en presencia del más funesto de los terrores: el miedo proyectado siempre en el rostro del otro, el peligro sin causas aparentes, la amenaza que nunca termina de cruzar la puerta de nuestras casas. Vivimos tranquilos esperando no toparnos con la imagen del horror sobre el semblante del prójimo. Lahcen Ikassrien, ex prisionero de Guantánamo, confesaba que la peor de las torturas que sufrió fue presenciar el suplicio de algún compañero, aguardando con impotencia su eventual tortura; la cual a veces no llegaba porque ya no hacía falta.[2] Este es el nuevo imperativo del poder: "Anonado a tu amigo ante ti para que tú te paralices de terror, y te sometas a mi máquina infame de dominación, sin necesidad de que pierdas la salud." A los palestinos los torturan para someter al resto del mundo. Ese y no otro es el Summun del terrorismo. Este es el nuevo despotismo nihilista que emerge en el horizonte de la nueva era. Ante esto, el fascismo histórico queda, como lo afirmaba Deleuze, como un simple hecho del folklore europeo. El orden actual de las cosas prefiere la muerte del mundo antes que su propia muerte. Y esa muerte nos atormentará por mucho tiempo antes de que le toque a cualquiera de nosotros. Es la cercanía del cadáver descuartizado de un niño que vive lejos.

Un nuevo orden de gobierno ha comenzado a develarse. Es un orden que se revela implacable si prendes un cigarrillo en un aeropuerto, mas aplaude la acción impúdica de todos los genocidas de la democracia liberal. El proyecto para matarnos a todos está en marcha. Pero no moriremos de una manera cualquiera. Se trata de una forma de muerte muy específica en la cual no necesariamente perderemos la "salud": la muerte de la voluntad, la muerte en vida, la muerte de la dignidad humana, mientras, saludables, presenciamos impotentes el triste devenir de las cosas en un televisor y tomamos el asqueroso café de Starbucks, después de hacer nuestras compras de rebajas, en sitios "libre de humo".

Adorno esperaba que después del 45 la poesía muriera para siempre. Pero los palestinos aún hacen sus poemas. Por eso quizá también destrozan sus cuerpos, pues ellos, a diferencia de gran parte del mundo, no conocen la muerte moral. La verdadera muerte es permanecer impasible ante el espectáculo de ver sufrir al otro sólo porque existe. Quizá el camino hacia esta muerte ha cruzado un umbral irreversible, o quizá aún podemos liberarnos de un temor sin límites y de la esclavitud perpetua. Quizá todavía quede un punto de hombre en todos nosotros. Quizá si exista el juicio final. Quizá hay otro mundo posible después de este mundo enfermo y caduco. Quizá las campanas del Apocalipsis sean de fósforo blanco.

Notas:

[1] Jean Bricmont, Trois idées simples pour mettre fin au soutien politique aux crimes israéliens en http://www.voltairenet.org/article158980.html

[2] http://www.kaosenlared.net/noticia/video-testimonio-lahcen-ikassrien-ex-preso-guantanamo

Erik Del Bufalo: Doctor en Filosofía (2000); M.A. (1996) Universidad de Paris X; Lic. en Filosofía (1995) Universidad Central de Venezuela. Actualmente es profesor de posgrado en la Universidad Simón Bolívar, abarcando las áreas de investigación de antropología filosófica y ética contemporánea, filosofía francesa contemporánea, filosofía alemana contemporánea, estética.

domingo, 11 de enero de 2009

Correo de la hermana-hormiga




Decir algo ante el horror de la guerra se me iba haciendo cada vez más urgente. Compartí con mis amigos una noticia terrible y Kelly Martínez (Profesora de la Escuela de Artes de nuestra U. C. V) me respondió de una manera hermosa y desgarradora. A continuación van sus palabras que también son las mías (la noticia está en el link al final).


¡Maldita sea, Luis! Se me salen las lágrimas. Nada, nada le da derecho a Israel a este tipo de atrocidades. ¿Sabes? Soy el tipo de personas que intenta ser ecuánime con los conflictos políticos y no tomármelos como si fuesen un partido de fútbol (a la ligera). Conozco algo de la historia de Hamas y su constante utilización del pueblo palestino como escudo humano en Gaza, pero aún así nada, absolutamente nada, le da derecho a Israel a ésto.
A pesar de que no me gusta hablar de política, decidí escribirte en primerísimo lugar, porque la noticia me impactó mucho (tal vez la foto de los niñitos llorando, asustados) y en segundo lugar, porque eres un hombre cuyas ideas respeto. ¿Sabes lo que más me jode de todo ésto, Luis? Que al final, quien paga siempre es el pueblo. Los poderosos duermen bien. Cuando reviso la historia o al menos cuando intento hacerlo, es la única conclusión medianamente lúcida a la que siempre llego.
¿Qué puede hacerse, amigo? ¿Cómo puede uno revertir la historia y que nuestro futuro sea, tal vez, un poco más justo? A veces me siento tan ínfima, tan sola, tan poco capaz de hacer algo. Pasaron mis años de idealismo en los que creí que podría cambiar el mundo pero, aún así, no hay nada que me duela más que la impotencia de no poder hacer nada. Ahora creo que las revoluciones (aunque no me guste la palabra, es la única que se me ocurre) comienzan por casa...pero no es suficiente.
Veo este tipo de cosas y no logro entender, jamás lograré hacerlo, cómo puede el ser humano llegar a tanta crueldad. No bastan psicología, filosofía, poesía, nada para acercarme a una respuesta.
Perdón por la perorata, pero de verdad me afectó lo que mandaste. Más que cualquier noticia de las que he visto hasta ahora. No me gusta darme golpes de pecho por cosas que a veces no siento sólo porque ahora esté de moda el ser "políticamente correcto" (tal vez me equivoco y no es una moda, pero así lo siento)...pero esa foto me mató. Más que las de cadáveres y demás. No soporto que los niños sufran, no lo entiendo, no lo tolero, me revuelve el estómago.
Pero ya basta de lamentaciones. ¿Ya nació tu bebé? Ojalá podamos construir un mejor mundo para él. Tengo fe aún de que así será y desde mi minúsculo espacio de hormiga en el universo, prometo hacer lo posible porque así sea.

Un abrazo y nuevamente disculpa la descarga.

Kelly

http://www.un.org/spanish/News/fullstorynews.asp?newsID=14507&criteria1=Palestina&criteria2=Israel