martes, 5 de enero de 2016

Cumpleaños

Dia 30: Cumpleaños. Hoy tengo el inmenso regalo de cumpleaños que es la instalación de la Asamblea Nacional. Es el primer paso para hacer de este país no una potencia, un ejemplo para el mundo, una tierra de sueños, vanguardia de nada, sino solamente un país donde se puede vivir con un mínimo de tranquilidad. Un país con las libertades que permita luchar razonablemente a cada uno por su felicidad. Un modesto país civil, republicano, que haga el esfuerzo por ilustrarse, sabiendo que esa es la vía para mejorar un poco más y entrar en la contemporaneidad. Que tienda la mano a los más vulnerables y les permita el florecimiento que ha sido traicionado tantas veces.

Pero es solo un primer paso en un camino lleno de dificultades. Además de la enorme crisis con todas sus oscuras facetas, están las resistencias de un gobierno canalla que se niega a aceptar la realidad. No perciben que el país ha cambiado, que la gente ya no los sigue (lo que ha ido sucediendo pausada y continuamente desde 2007, cuando Chávez perdió el referéndum para la reforma constitucional). El 6D fue una derrota estruendosa que viene a consolidar ese rechazo cada vez más numeroso al chavismo madurismo. He mencionado anteriormente facetas de esta conducta donde se mezclan malacrianza infantil, ceguera política, rasgos psicopáticos y modos delictivos. Todo ello, en el caso de las cúpulas, para mantenerse en el poder, proteger el botín que han hecho del país y cada vez más, de tapadera para delitos de hondo calado. Han convertido el Estado en la guarida donde lavar y legitimar sus tropelías. Solo que cada vez están más al descubierto.

Pero me interesa ahora denunciar otro aspecto de esta resistencia protagonizada por otros sectores que no son, al menos directamente, la cúpula mafiosa gorila. Se trata de los radicales dentro del chavismo que hace llamados a una suerte de insurrección y desconocimiento del estado de derecho a fin de continuar la malhadada revolución. Tomo como ejemplo para ilustrar al energúmeno y canalla de José Roberto Duque. Este personajillo en un rapto histérico de vanguardismo y radicalismo revolucionario hace un llamado a “mearse en tus leyes” bajo el pretexto (donde se muestran las muchas complicidades, no solo de lenguaje, con la cúpula mafiosa) de ser “burguesas”. Promueve este Lenín de pacotilla un traspaso de todo el poder a las comunas, eso sí, alentado y dirigido desde el poder. Las comunas no son sino una excusa más de la inicua hegemonía del poder, convirtiendo lo que podría ser un movimiento libertario, en un apéndice burocrático y clientelar, tutelado por un gobierno de delincuentes en franca decadencia. La burda maniobra de último momento con el parapeto de congreso comunal lo demuestra.

No nos ocuparemos ahora de esta siniestra alianza y complicidad –por acción o por un ominoso silencio- de radicales, mucho de ellos intelectuales, con la mafia gorila. Por ejemplo, podemos notar como muestran su estupefacción ante la elección de Ramos Allup para la presidencia de la Asamblea y sin embargo han estado cómodos y calladitos con el cuartelero de Cabello y sus mazazos. Son expresión de un radicalismo nutrido y cobijado desde el poder que no oculta su agradecimiento y solícito amor por sus amos.

El hecho es que estos extremistas, que son grupitos ínfimos no entienden lo que ha sucedido. Lo que hemos ya mencionado: son una minoría dentro de la minoría que es el chavismo. No reconocen que el pueblo de quien se dicen formar vanguardia preclara y únicos voceros les ha dicho otra cosa. La mayoría “circunstancial” (¿Cuál hecho en este mundo no le es?) es anuncio de un cambio radical de los vientos políticos, sociales y me atrevo a decir culturales. Las leyes del parlamento no son burguesas sino las que se aprueben una Asamblea electa, no por precisamente burgueses o lacayos del imperialismo, sino por el venezolano corriente, muchos de los cuales apoyaron a Chávez y su proyecto, hoy hastiados y sobre todo desengañados de la ineficiencia, corrupción y el malandraje.

En los años anteriores, desconocer y ningunear a la mitad de los venezolanos que nos oponíamos era un gesto de puro fascismo. Ahora que son una minoría agotada, negar a los oponentes es signo de una profunda enajenación psicopática. No dudo que están disolviéndose. Si merecen mención, es por la virulencia que proponen y como eso puede significar la violencia de unos hampones sobre la gente. Esto justificado no bajo el mandato de leyes de un cuerpo republicano elegido democráticamente o de una forma asamblearia de auténtica raigambre popular, sino de la voluntad de este puñito que maquilla del peor izquierdismo infantiloide la locura senil de un orden agotado.

Hoy estoy complacido, respiro un aire que tiene mucho de la claridad de enero y de democracia vigorizada. Estar atentos, firmes respecto al inmenso monstruo que se diluye, pero también con los nuestros, que sepan –como es justicia, hay que decir, lo han hecho hasta ahora- quienes son los soberanos. Que no se pierdan en la lógica maldita del poder.

Hija mía gracias por abrazarme. Sí, para mi en la bajada y para ti en un amplio horizonte, se asoma un futuro. Algo lejos, empinado, pero hermoso ¡Vamos para allá!