Oigo en la radio varios testimonios de las víctimas del
allanamiento a los Verdes. Es aterrado saber de la destrucción, las agresiones,
amenazas, detenciones masivas, dolor, angustia y sufrimiento a la que fue
sometida esa comunidad. Repugna la nauseabunda vileza de sapos delatores y la
canallesca y cruel arremetida de los esbirros de la GNB, paramilitares, CONAS.
Una señora llena de ira y dolor declaraba que parecían enloquecidos, como
endemoniados.
Sí, son unos delincuentes, responsables de lo que hicieron y
deben ser castigados por ello. Pero más importante que señalar a guardias,
policías, militares en particular es ser conscientes que ejecutaron un plan de
sometimiento, castigo y aniquilación de la rebelión civil. Ellos son los que
llevan a cabo una estrategia concebido por sus superiores que tiene como ápice
a la cúpula militar y en especial a Maduro.
Este plan es fundamentalmente aleccionador, nos quieren
"educar". Por eso es generalizado, las víctimas pueden ser
manifestantes, políticos, diputados, la Fiscal, pero también y sobre todo,
podemos ser cualquiera. Es una estrategia terrorista que quiere crear un clima
y no perseguir y someter a individuos o actores particulares. Nos quiere hacer
saber que todos podemos ser las víctimas de este monstruo feroz, que todos
somos enemigos y que por ello estamos en la mira y en cualquier momento nos
aplastan. Todos individual o colectivamente. Quieren que "aprendamos"
que nos puede atropellar de cualquier modo, que no hay posibilidad de ningún
amparo legal e institucional, que estamos expuesto a ser robados, allanados,
golpeados, detenidos, torturados, agredidos de mil maneras y asesinados cuando
así lo deseen los mandones. Ejércitos de
bastardos tienen de sobra para ejecutar sus órdenes.
Sepamos que es la dictadura la que quiere producir esto. La
represión es la única acción de gobierno que pueden ejercen ahora.
Responsabilicemos a los que ponen los rostros y manos pero nunca perdamos de
vista que esta maquinaria terrorista es el única modo que sostiene a los
degenerados que nos mandan.
Tener conciencia de esto, buscar maneras de protegernos
individual y colectivamente, crear espacios íntimos de respiro ante la dureza
diaria, planificar acciones políticas y de protesta que no nos expongan tanto, mejorar
y ampliar la organización que nos permite resistir, ampararnos, curarnos y
seguir hasta vencer es una tarea de todos.
Spinoza señalaba que el temor es una pasión triste porque
nos quita potencia, ganas de seguir insistiendo en vivir mejor. Por eso es una
forma de sometimiento usado por los gobernantes. Nos sentimos aplastados, sin
pulsión de vida. Inevitablemente sentimos miedo en estos días, sabemos bien de
la máquina represiva. Pero no dejemos que ella nos paralice. Al contrario que nos
haga más agudos, más eficientes y eficaces, más aguerridos. Salir de este
infierno, que ellos solamente nos ofrecen esta brutalidad feroz y que podemos
vivir mejor lo sabemos y deseamos casi todos. Pero sobre todo que nuestra
potencia es mayor no solamente por ser ampliamente compartida, sino por ser una
pulsión de vida y no de muerte. Aquí tenemos una herramienta para desmontar los
efectos paralizantes del terror.
Ahora más que nunca debemos seguir luchando por la libertad,
la democracia y finalmente por la felicidad.