miércoles, 30 de diciembre de 2015

Estrategia y lucha civil

Día 24: Estrategia y lucha civil. Como habíamos señalado, el golpe sigue desarrollándose. El anterior episodio de las impugnaciones fue un ensayo. El asalto político formalmente lo da el Tribunal Supremo de Justicia al aceptar las impugnaciones y por otra parte el Ejecutivo creando una campaña para intentar deslegitimar el triunfo de la MUD, “El 6 de diciembre ganó una contrarrevolución no democrática (...) es una derecha extremista” señalaba ayer Maduro y añadía “Buscar la mejor manera de neutralizar el vil egoísmo que otra vez triunfó”. Para ello insiste con la idea de un legislativo paralelo para arrebatar funciones a la Asamblea Nacional y minimizar sus atributos legales “Ante la amenaza, los parlamentos comunales se levantaron de pie”.

Aunque vestido de ropaje institucional el golpe realmente lo está dando la mafia gorila corrupta. Usando los poderes públicos que han controlado y acomodado a su medida, continúan con el plan de desconocer la Constitución y negar los resultados electorales, esto es la decisión soberana que de forma clarísima se expresó el domingo 6 de diciembre. Que ese golpe tenga ahora como actores a unos magistrados títeres es mera apariencia. Sus protagonistas son Maduro y Cabello a la cabeza, la cúpula del gobierno y del PSUV y los altos mandos militares corrompidos y cómplices.

El objetivo más inmediato es reducir la mayoría de dos tercios en la Asamblea, los 112 diputados que hemos elegido los ciudadanos. Con ello anulan la posibilidad de activar los mecanismos para legitimar de nuevo (de facto por el apoyo popular con el que cuenta la MUD y de iuris para restituir la letra de la Constitución y las leyes) el resto de los poderes públicos. Se trata de ahogar así que se revisen, anulen y se hagan de nuevo los nombramientos de los magistrados espuriamente elegidos por la actual Asamblea moribunda. El TSJ y la Asamblea son las dos piezas claves en el ajedrez del cambio para lograr el desmontaje de la pesadilla mafiosa. En segundo lugar evitan también activar las formas constitucionales para salir de Maduro. Si logran este primer objetivo, sabotear después las labores de la Asamblea será tarea fácil desde instancias paraconstitucionales como el parlamento comunal.

Este es uno de los momentos culminantes de una estrategia definitivamente suicida. Es tratar de mantenerse en el poder a como de lugar, “como sea”. Están quemando las naves, no hay retroceso. La negación de tomar medidas económicas, de enfrentar la corrupción y las diversas formas de la delincuencia ya eran signo de esto. Haberlo hecho significaba perder los soportes de los cuales están fragilmente guindando. Ellos son la corrupción y el poder de las armas (en manos de paramilitares-delincuentes y militares cómplices). Piensan que no tiene otra salida, no ven posible algún tipo de desenganche del poder, se sienten efectivamente perdidos y amenazados. Por ello siempre dan un paso más dentro de la oscura noche de la ilegitimidad, la ilegalidad y sobre todo el desprecio e ira de la gente. Se ha discutido mucho sobre la falta de legitimidad del chavismo-madurismo. Este golpe en curso los desnuda definitivamente. Han decidido dar el salto a la dictadura -no popular, ni mucho menos del proletariado- sino mafiosa.

Ayer –todos seguramente lo hemos visto- un infame llamado Alberto Allen Acosta, protagonista en la alocución de Maduro, decía “Aquí el que se rinda, un pepazo por la cabeza, pin”. El presidente además de llamarle la atención juguetonamente diciéndole loco y recordándole que estaba en el aire no hizo nada. Este delincuente y su gesto es signo y símbolo del madurismo en etapa terminal. Representa el estilo mafioso y matón de sus líderes, amenazando primero a los propios “seguidores” los suyos y luego a todo el país. Pero también apunta a lo que pretenden hacer, someternos con el miedo y la fuerza luego de robarse las últimas formas de una república moderna y sustituirla con la caricatura grotesca de un gobierno de comunas que apenas mal disfraza los modos y conductas de los pranes.

Enfrentar este golpe de los capos es un deber ciudadano, lo debemos hacer ciudadanamente con firmeza y amparados en la ley. Además debemos procurarnos todo el apoyo externo que podamos.

La lucha será dura hija, como sucede con todo lo que es realmente importante, pero la vamos a dar juntos todos. Somos mayoría y tenemos la razón.

Las citas de Maduro se las debo a la querida Naky Soto @Naky

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Décimo día

Décimo día: firmeza. Las amenazas eran la semana pasada vagas, apenas gritos  sin definición, las bravuconadas de unos indignos que no aceptan la derrota y no entiende lo que les dijo el país. Ahora han tomado forma, se hacen peligrosamente reconocibles. Sin dejar de señalar las agresiones particulares como son los despidos a personas, el asunto de la televisora de la Asamblea Nacional y tantos otros donde la fuerza del monstruo se ha ensañado de manera ilegal y soberbia, debemos estar atentos a las acciones de la mafia gorila. Maduro ha señalado que la Asamblea electa es “ilegítima”, que se trata de un “golpe electoral” y ha advertido  “No crean que esto se va a quedar así, nosotros vamos a cambiar esta situación”. Ya lo están haciendo. Cabello ayer instaló un “Parlamento Comunal Nacional” con personal elegidas por él, no por las comunas como establece la ley. Con esto ha cumplido desde adentro de la Asamblea las amenazas de los pandilleros menores -Aissami y García Carneiro-  de llevar al “pueblo” (que no son más que sus fuerzas de choque y matachines a sueldo) para impedir que se instale la Asamblea electa por los venezolanos. También se ha mencionado las impugnaciones a los diputados ya proclamados y con  credenciales. Jorge Rodríguez pide revisión de actas por supuesto fraude, ellos que han controlado todos los hilos del poder. Por último la elección de los magistrados del TSJ, que señalan los expertos, solamente por el saltarse los plazos establecidos por la ley, de hacerse en la fecha que han anunciado sería totalmente nula.

Estos y otras reacciones del gobierno son un golpe de estado a la Constitución. Se hace ignorando el estruendoso rechazo que le hemos dado el 6D. Se trata de desconocer la voluntad firme expresada por medio del voto (un voto especialmente valioso en medio de las amenazas generalizadas y sobre todo particulares sobre miles de venezolanos). No tienen quien los respalde en la calle y solo les queda las raterías leguleyas. Que este golpe se esté realizando paso a paso, usando vías que parecen legales pero realmente fraudulentas  y realizado desde las instituciones, no por ello deja de ser un golpe de estado flagrante y como tal la MUD y los venezolanos debemos tomarlo.

No vale siquiera recordar la bufonada del documento de reconocimiento de los resultados. Pero desconocer la aplastante derrota propinada por la mayoría de los venezolanos y sobre todo pretender ignorar que ella es la respuesta clara y contundente de los ciudadanos al desastre y la destrucción en que han sumido el país, a sus modos delincuenciales, las permanentes mentiras y engaños, el rechazo al insulto a la inteligencia de la gente y violar su dignidad, a la pretensión -aunque evidentemente fracasada- de convertirnos en rebaño dócil, embrutecidos por el afán de la mera sobrevivencia.

Parece que no se han dado cuenta siquiera de que son ahora la minoría, los escuálidos y que la oposición ha ganado la Asamblea Nacional que es, sin lugar a dudas, por su carácter de representación del pueblo, el poder público más importante. Y por último no terminan entender que todas estas acciones lo que hacen es mostrar su debilidad y desespero y que apuntan a la liquidación no de la Asamblea Nacional, regalo de libertad que se han dado los venezolanos, de la MUD sino a la infame morisqueta de revolución y sus cabecillas.

Estoy firme hija. Tranquilo pero firme. No voy a dejar que nos quiten la sonrisa del rostro

miércoles, 9 de diciembre de 2015

Tercer día

Tercer día: prudencia. Ayer Maduro mostró de forma aberrante la naturaleza del chavismo y su etapa terminal que tan acertadamente lleva su nombre. De su histeria fascista sólo vale la pena recordar el resentimiento infantiloide contra la mayoría de los venezolanos que votaron en su contra, las amenazas -de las cuales ya se han visto cumplimientos concretos hoy- de no dar los beneficios sociales que le corresponden como jefe del Estado, convertidos ahora en dádivas graciosas que son negadas a los siervos desobedientes y malagradecidos, el idiota maniqueísmo dónde están de un lado los “buenos” y del otro los “malos”, es decir, la inmensa mayoría del país.

Esa es la revolución bolivariana, lo que siempre hemos sabido, pero ahora dicho por la boca inmunda a todo el país de su líder.

Pero quisiera resaltar especialmente el problema de la legitimidad. La legitimidad del poder estuvo anclada a veces en Dios, para otros en la historia y sus sentidos inexistentes, en el destino manifiesto o en la farsa de la utopía. Que lo sea en la ciudadanía, no solamente es un rasgo democrático con un contenido moral, sino que también tiene una razón fundamental: la racionalidad no es algo inscrito en la cabeza de cada uno, sino el producto que se teje en una comunidad a través del lenguaje. Nuestro yo se forma en oposición y acuerdos con los otros. Las razones no son solamente “mis razones” sino lo que en ese hacer y rehacerse continuo es el producto de nuestras interacciones. De ahí se establecen consensos más o menos razonados. Así se determina lo verdadero, así también lo real. Es por ello que Maduro y su camarilla son la nada.

Maduro y sus cómplices saben desde hace tiempo que han perdido toda legitimidad. La sangre y vitalidad que mostró el chavismo hace tiempo se secó. Sólo quedan las cada vez más patéticas bufonadas y amenazas de una pandilla de malvivientes. Es por esto que no pueden reflexionar, hacerlo significaría reconocer el esperpento que son. Sería entender y asumir cuáles son las razones por las que millones de venezolanos han decidido darle la espalda. Comprender que la sobrevivencia solamente está en asumir la realidad. Esto lo saben, pero hacerlo completamente consciente y asumir sus consecuencias significaría dejar de ser lo que son. Su patético drama es seguir por la cada vez más desembozada malignidad para intentar sobrevivir o negarse y por lo tanto acabarse a sí mismos y devenir otra cosa. Del primer modo -que parece ser el que se vislumbra como más probable- seremos nosotros los que produciremos su liquidación. Esto por las vías que ellos mismos han puesto en nuestras manos. El 6D es el primer paso de este camino. El segundo sería dinamitarse por mano propia.

La MUD debe insistir en la estrategia que tan buenos frutos le ha dado. No caer en la lógica psicótica de Maduro sino dejar que él mismo llegue a la hez de su propia sustancia. Dejarlo que se cocine en su propia salsa. Esto significa que la Asamblea haga su trabajo, le muestre al país que cumple lo que ha prometido, resista hábilmente sus ataques y haga evidente, cada vez más para mayor cantidad de personas, la necesidad de salir cívicamente de los miserables que nos gobiernan. No es tiempo de bravuconadas, de los modos destemplados, de la faena de pandillero de la esquina. Además esos siempre han sido los de Chávez y su prole. No hace falta, sólo hay que mover bien las piezas del tablero para que ellos mismos ahoguen a su rey de pacotilla.

Lo sé hija, afuera suenan las fieras. No temas, aúllan porque nos tienen miedo, porque saben que están perdidas.

martes, 8 de diciembre de 2015

Segundo día

Segundo día: consolidar la victoria. Dentro de la trapacerías y triquiñuelas de la mafia gorila está la opacidad en todo lo que interesa a los ciudadanos, lo que es de su absoluta incumbencia. La información que es esencial para entenderse, tomar decisiones, planificar, reflexionar –y por tanto criticar- no está disponible. Los datos macoreconómicos, las cifras de homicidios, el boletín epidemiológicos, son ejemplos que por dichos hasta el cansancio no dejan de ser escandalosos. El CNE en esto ha sido un ejemplo claro desde la noche del domingo hasta hoy. En un sistema automatizado, donde se tiene la información de manera muy rápida es insólito que no se tenga el cuadro completo de las elecciones para la Asamblea Nacional. Por supuesto, el motivo no es técnico, ni siquiera político sino canallesco y delincuencial. El CNE y sus amos tienen muy poco margen para alterar los resultados –poco, no ninguno. Se trata más bien de la idea de crear zozobra, que se levante el oleaje de los rumores, la duda. Se crispan los ánimos y ahí sí pueden sacar mucho provecho del miedo, la impotencia, la ira. Eso es lo que han hecho todos estos años. Esa son las bajezas del poder.

Hoy ya hay certeza de la mayoría calificada, 2/3 de la Asamblea. He dicho que esta es una inmensa victoria moral, porque se hizo contra el abuso obsceno del poder contra la oposición, pero también sobre todo porque representa la valentía de millones de ciudadanos que decidieron enfrentar un gobierno que se había metamorfoseado en un pran, que nos pensó a todos, pero sobre todo a los más humildes, como sus lacayos a los que podía mandonear a voluntad. La gente se reveló cívicamente no solamente contra el miedo y el chantaje, sino también contra la complicidad delincuencial y la compra de voluntades por dinero o baratijas. La nueva Asamblea debe hacer el esfuerzo inmenso de honrar esa representación y no defraudarnos. Mencionamos la necesidad de negociar pues es el modo propio de la política, pero más allá de los fines estratégicos está la rectitud que se expresa en atenerse a la Constitución y las leyes. Hoy estamos disfrutando las mieles de un triunfo que nos ilumina el futuro, pero mañana comenzaran los claroscuros, las necesarias mediaciones, las amenazas que suponen enfrentar el abismo de la crisis y al mismo tiempo el monstruo moribundo pero con recursos para incendiar al país. Evitar el envilecimiento del poder por supuesto no es solamente un cuidado de cada uno de los diputados y de su conciencia, falible, limitada y cambiante (como la de todos nosotros) sino de la vigilancia y crítica de la ciudadanía que los eligió. De esas amenazas hay que mencionar, porque el país ha sido víctima de ella, la táctica mafiosa del gobierno de comprar adhesiones en la Asamblea. Los nombres de William Ojeda y Ricardo Sánchez deben ser los últimos ejemplos de la traición y la inmundicia en los modos gansteriles de chavismo.

La MUD ha tenido una conducta que en un primer vistazo parece más pasiva, acaso timorata pero que es la apropiada si nos atenemos a los resultados. Es de reconocer que se han mantenido firmes, resistiendo y en las últimas 24 horas, han mostrado los dientes para defender la victoria. Pero esta falta de ángel y carisma, este tono pausado, también tiene un lugar en la nueva Venezuela que comienza a asomarse. Debe ser acaso el nuevo carácter del hombre público. El político que no basa su liderazgo en su personalidad avasallante, en su carisma, sino en la eficiencia, en lograr objetivos que beneficien a la mayoría, en respetar la ley. Pero sobre todo, ser consciente de que el hacer político consiste en tratar de articular consensos que giren alrededor del diálogo racional, que ve solo la fortaleza en el trabajo con los otros, que entienda los disensos y no piense que la única estrategias con los contrarios es aplastarlos como enemigos. Para fundamentar esos consensos hace falta negociar (palabra que aún tiene el aire de traición y cosa oscura que le imprimió la anti-política) y para negociar hace falta tener la actitud de reconocer al otro y admitir que puede tener razones más adecuadas que las propias. Nadie tiene la verdad definitiva ni “sabe cómo es la cosa”. Por supuesto, la danza de los egos siempre estará presente pero hemos visto cómo han quedado arrinconados. Ha sido una estrategia derrotada. La gente de la MUD ha hecho gala de este tono moderado, sobrio, sin la gritadera y tono cuartelario, sin los embrujos de la megalomanía, y eso ya es un buen pie para seguir adelante.

Sí hija, despierta, que ahora sí podemos soñar de verdad.

lunes, 7 de diciembre de 2015

7 de diciembre 2015

Primer día: Ganamos!!! todos los indicios apuntaban a ello. La descomposición del chavismo-madurismo, la brutal crisis económica, el cansancio a la maquinaria de odio, represiva, sectaria y ciega. Toda la energía acumulada en estos dos años, la asfixia que todos sentimos, la sensación de que no había salidas se encauzó en esta inmensa avalancha de votos. Percibí indicios ayer: la diana no sonó, algunos puntos rojos que vi sin alma, con unos militantes en actitud totalmente distinta a la de años pasados, donde se pavoneaban su poder, soberbia. Pero sobre todo, esa mezcla de rabia y convicción de la gente de oposición -que es una mayoría aplastante ahora en el país- de pensar que lo posible se puede hacer real. Lo logramos, como ciudadanos empujamos a la historia. Hoy es el primer día, hoy es solo el comienzo de una ruta ardua. Más allá que nuestros representantes tengan lo que parece una mayoría calificada en la Asamblea Nacional, el viraje histórico se ha dado. Los horizontes son ahora amplios.

El discurso de Maduro de "reconocimiento" fue un intento desesperado de mantener cohesión y seguir en la ruta que los ha llevado a esta quiebre. No habló de diálogo, no asumió que había cambiado el país, minimizó la victoria de la mayoría del pueblo venezolano. Derrota de mierda Maduro.

Con la MUD a la cabeza, los venezolanos verdaderamente tuvimos una victoria épica. Contra un Estado-gobierno que abusó de los recursos de todos en su provecho, de la hegemonía de los medios, de las amenazas a particulares en sus ámbitos pequeños (la gente en las misiones, trabajos, grupos sociales, etc.) y al país en general a través del vociferar obsceno y violento del alto gobierno, de la maquina de control social que han ido tejiendo. pero ayer pudimos derrotarlos, mostraron sus que tal vez anuncien su derrumbe, de las complicidades en el delito y atropello. Pudimos hacerlo, les ganamos, mostramos que sí podemos, con valor y determinación. El poder omnímodo se mostró como lo que es: un fantasma, una cáscara si se le vacía de la legitimidad de la gente, de los ciudadanos.

En este sentido, sin pretender nada definitivo puede haber muestras de una nueva subjetividad social que se va formando. Debe ser una gran tarea de todos el impulsarla. Que la gente se haga cargo de sus propia realidad, que se entienda que la soberanía les pertenece, remplazar, como tanto se ha dicho, la idea de pueblo por el de ciudadanos libres. Profundizar la idea de autonomía del Estado-gobierno y de que la realidad no es algo que nos sucede, nos aplasta sino de la que somos autores.
De la misma manera es una oportunidad de oro para comenzar una transformación institucional. No solamente las ansiada y urgente separación de los poderes ante el monopolio que se instauro a partir de Chávez, pero que tenía ya antecedentes perversos en el bipartidismo. Pienso sobre todo en darle a la Asamblea el protagonismo frente a la secular macrocefalia del ejecutivo. Otorgarle a los representantes de los ciudadanos mayor peso específico en la arquitectura del poder que al ejecutivo.

El gran reto es la crisis económica. Si no me equivoco en la posición del gobierno, es poco lo que desde ya se puede hacer. Sin embargo se pueden comenzar a enviar señales al país y afuera de confianza en que hemos comenzado los cambios, que una racionalidad económica y política se va abriendo paso. Se deben al menos afinar estrategias para transitar este camino con el escenario de cooperación con el gobierno o en contra de él.

Esta, además, de política es una gran victoria moral. No de unos héroes angélados, sino de personas que han decidido una lucha política opuesta a como la ha hecho una camarilla mafiosa corrompida y delincuencial. Hay que preservar este carácter moral que debe ir de la mano con una sabiduría práctica una prudencia que vaya indicando paso a paso los objetivos y bienes particulares y los más fundamentales y amplios. Especial cuidado, sobre todo, con las necesarias negociaciones que hay que mantener con el chavismo, los acuerdos que se deben pactar. Pero por otro lado poner como objetivo vital para nosotros como sociedad la justicia ante el latrocinio y el abuso del poder sobre los ciudadanos. También debemos reorganizar el mapa de la otredad y la mismidad ¿quienes somos ahora? ¿quienes que eran los otros ahora son los nuestros? ¿cuál es el lugar de los otros?

Hija mía, el futuro siempre es posible, siempre podemos mejorarlo, a veces es más fácil, a veces más difícil. Me gusta que tengas muchas referencias, que juegues con las pertenencias, que no estés atada, pero este país que es nuestro ya no tiene que ser un castigo, ahora es más una promesa, Nosotros seguiremos luchando para, poco a poco, cumplirla.

Debemos seguirnos pensando y haciendo.